viernes, 6 de julio de 2007

Legión

La mitad taoísta que hay en mí niega la existencia de las partes de una cosa, toda vez que no puede ver menos que el todo.

La mitad occidentalista, por otro lado, se enoja y replica diciendo que su sola existencia es prueba de que la mitad taoísta está equivocada.

La mitad práctica, en cambio, cuestiona a ambas, indicando que nada de eso es importante cuando, en realidad, un nuevo fin de semana comienza y hay tantas cosas para hacer.

La mitad ubicada, por otro lado, hace notar que la discusión ha subido de tono, que los vecinos volverán a quejarse, y que, en realidad, tantas mitades sobran cuando solamente dos generan un entero.

Es este último comentario el que acalla la discusión, porque todas se dan cuenta de que hay algo raro en mí.

Todas ellas, entonces, colaboran para sumirme en un estado de profunda confusión, tan normal, tan frecuente, tan inmanejable, tan inquietante, tan mio.

2 comentarios:

verarex dijo...

cuatro mitades?

la matematica me mmmmmmata

Flacus dijo...

Bueno, en realidad solamente cuatro mitades estaban ocupadas en la discusión, por suerte.

Imagínese si todas las otras, que son bastantes mas, se hubieran puesto a hablar al mismo tiempo... no habría cabeza que aguante, no?